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28 junio, 2008

Tiempos de vendimia



Los abrazos en tiempo
de vendimia son
como un ramo
de jacintos recién
cortados.
Embriagan
incluso a una
distancia prudencial.

El túnel de la televisión


Lo paradógico de esta rutina
es que todos los días atravieso
el Túnel de la Televisión
para llegar al Paseo
de la estación y al otro lado
ni consigo ver nada
ni hay ningún tren esperando
por mí.
Aquellos que imaginaron
el callejero por el que transcurrirían
mis pasos ignoraban la dictadura
de las prisas y las normas de circulación.

El principio



(Para Milagros G. Prieto, como casi todos)
Foto: © Julia Ferreira González

L
a primera luz de hoy serán tus ojos.

La primera palabra el furor de tu boca.

El primer alimento el fuego breve de tus pechos.

El primer suspiro tu cintura asaltada.

La primera música el arpa inacabada de tus manos.

Sería horrible iniciar el otoño
de otra manera, sin luz, sin palabras
sin alimentos, sin suspiros, sin música
en la soledad de mi casa.


13.08.2001
Cabo de Oyambre (Santander).

26 junio, 2008

Frente al mar esperas


Ya raras veces bajas a la playa conmigo
y cuando bajas frente al mar esperas.

¿Qué esperas? ¿Tal vez la
ayuda del viento para ser ave,
tal vez la ola propicia
para abrazarte y navegar?

¿La lenta enbriaguez de tu pie
en la arena podrá hurtarte
al horizonte del agua?

Esbelta era la mañana
en que te encontré  
entre las manos de Olivia.                                                  Foto: © Julia Ferreira González

Esbelta frente al mar
espera un poco más
mientras rendido de
duna en duna
cruzo el desierto hacia tí.


11.08.2001
Cabo de Oyambre (Santander).

Yo fui uno de ellas



Yo fui uno de ellas
y odiaba su len
ti
tud
sumisa a la fila,
la dictadura del primero y el afán
de los siguientes por avanzar
un puesto
siempre detrás
de otro.

Y ahora que las luciérnagas allá
a lo lejos vuelven
a descender hacia San Vicente
sé que no soy nada
o muy poco tal vez
apenas otra luz intermitente
luciendo al atardecer
pero al fin frente al mar.


12.08.2001
Cabo de Oyambre (Santander).

Te haces vieja

“La vejez viene gratis
con meras prohibiciones”.
M. Benedetti.

(Para Blanca Prieto Blanco)


Te haces vieja y un día
a los cuarenta
y seis o a los ochenta
y cuatro ya nadie se atreve
a contradecir tu verdad.
Los recuerdos se han ido
moldeando caprichosamente
y lo mismo da el día
a día que un ayer de neblinas:
todo se confunde en la
senil apreciación de los demás
como si nada supieran o todo
lo ignorasen ridículamente.

Los alimentos también
se han vuelto exigentes
y los sabores se disfrazan
de violentos carnavales.
Hasta el pan de cada
día rehuye el bocado añorante
y si no fuera por el vino
y un gato sin uñas
que te muerde las pantorrillas
dormir una noche más
sería atroz o atravesar
la vertiginosa prisa de las calles
que ya no espera.

¡Ojalá
con los años bajo el brazo
te volvieras joven y un biznieto
finalmente redimiera
las últimas arrugas amargas
y como lo ven ahora
mis ojos lo vieran
los tuyos asombrados
e incrédulos antes de huir
de sus cuencas hacia
los enigmas de la noche!

Salamanca
02/06/2008

1961


(Para Pedro Serra y Amelia Gamoneda)

Yo nací en el sesenta
y uno y en mi memoria
modelada no recuerdo

una persecución, la sed
el acoso de los mosquitos
un muerto en la cuneta
sin uniforme, la añoranza

lejos de casa o una atrocidad
mayor que imaginarme
revolucionando una familia
que ya tenía dos hijos.

Diez años después era
emigrante en la patria
de mi madre.
Tenía permiso
de residencia y jugaba a la
guerra con cuatro vecinos
en el Barrio de las Delicias
en una plazuela asolada
por el hollín de las máquinas
de vapor.

Nunca fui
a ninguna parte hasta
los trece años pero
si hubiera podido imaginar
el mar y un barco hubiera
ido a África para ver
cuántos de los que nacieron
en mil novecientos
sesenta y uno eran perseguidos
o tenían sed añorando
los miembros amputados
de su casa.


06/08/2008
Salamanca